El joven, acostumbrado a manejar una Ferrari y hacer fiestas en yates, pasó tres días como indigente. Cuál fue su conclusión de la experiencia




 n multimillonario inglés aceptó el desafío de un programa de televisión de pasar tres días como indigente, con el objetivo de comprobar una polémica teoría: demostrar que, en caso de haber nacido en la pobreza absoluta, "hubiera salido de alguna manera".

 


Se trata de Bobby Misner, quien tiene 28 años y es hijo de Tom Misner, el fundador de una prestigiosa escuela de música en Londres llamada SAE Institute. Por eso el joven siempre llevó una vida de lujos. Maneja una Ferrari y su pasión son las fiestas en los yates.


 


Multimillonario vivió tres días en la calle para demostrar una polémica teoría


Pese a que siempre tuvo todo al alcance de la mano, Bobby Mesner aceptó el reto de un programa de la cadena de televisión británica 5Star llamado "Rich kids go homeless" (Los chicos ricos se quedan sin casa) para vivir en la calle durante tres días en Soho londinense.


 


 


El experimento social,fue considerado una banalización de la pobreza en una ciudad considerada una de las más caras del mundo, pese a que el joven millonario aseguró que "le aparecieron emociones que ni siquiera sabía que existían".


 


Antes de salir a la calle, el joven multimillonario aclaró que él nunca hubiera sido indigente, aunque no hubiera nacido en cuna de oro. "Estoy seguro de que yo hubiera salido de la pobreza de alguna manera. Aunque sea gracias a la ayuda de alguna mujer bella", dijo con crudeza.


 


Sin embargo, al multimillonario no le resultó nada fácil vivir en las calles londinenses donde acostumbra gastar su fortuna. "He notado con mucha sorpresa que por lo general las chicas tienden a asustarse, algo que nunca me había pasado", relató después de su experiencia en el diario The Daily Mail.


 


 


"Normalmente tengo buen trato y me desenvuelvo bien con las mujeres, por eso me resultó muy extraño que me trataran de esa manera tan deplorable. Fue muy violento", expresó el joven, que estaba vestido con ropas sencillas y tenía la cabeza cubierta con un gorro. A su lado, en la calle, había acomodado una caja para limosnas, pero nadie le dejó nada.


 


 


Durante el primer día, Misner tuvo tanta hambre, que revolvió la basura para encontrar sobras para alimentarse. También revisó los teléfonos públicos -que ya nadie usa- en busca de monedas, que no encontró. Esa noche, durmió en la vereda, en una cama que armó con cartones húmedos.


 


Misner describió su situación como "una batalla perdida de antemano" y explicó que entendía por qué la gente de la calle se volcaba a las drogas y el alcohol: "Simplemente no quieres vivir sobrio, porque la vida apesta", aseguró.


 


Al día siguiente, encontró un gorro y unos auriculares perdidos, que vendió en una tienda de elementos electrónicos por 40 libras. Con ese dinero intentó un negocio: compró varios paquetes de papas fritas y los vendió, pero no hizo ganancias sino que solamente recuperó lo que había ganado.


 


A la noche quiso dormir en un albergue pero, como en el canal le habían retenido los documentos, las tarjetas y su dinero, no logró una cama por no tener identificación. Otra vez durmió en la calle.


 


El multimillonario que pasó tres días como indigente


El multimillonario que pasó tres días como indigente


 


El tercer día se encontró con una pareja de indigentes, Demi y Aaron, de solo 20 años, que habían entregado a su bebé a los servicios sociales porque no los podían mantener. Aunque no tenían nada, le dieron conversación e incluso le enseñaron "a ganar dinero". Al rato, un taxi del programa pasó a buscarlo.


 


El resultado del experimento y un mensaje


El resultado del experimento no fue el que el millonario esperaba. Luego de dormir tres noches en la calle, su idea originaria de que "las personas sin hogar son perezosas y prefieren vivir de los subsidios sociales" cambió.


 


"Nunca creí que fuera tan difícil salir de la calle. Me siento culpable por haber tenido tantos prejuicios, mi opinión ha cambiado por completo. A partir de ahora voy a sentir total gratitud por la vida que tengo", contó apenas llegado al programa.


 


Bobby Misner –sin sus trajes de marca, su abultada billetera y su Ferrari- no consiguió trabajo, dinero, novia o techo durante esas tres noches a la intemperie. Pero al menos contrató y rescató a Demi y Aaron. En ese sentido, podría decirse que el programa y su experimento tuvieron un final feliz.





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